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Lima-Perú

lunes, 31 de octubre de 2011

ENTREVISTA A JOHNNY LOZADA

Johnny Lozada entre opuestos
Vive del chisme pero defiende su privacidad
Por Patricia Vargas CASIANO / pvargas@elnuevodia.com
Dentro de un mundo en que el escándalo se maneja como medio publicitario, Johnny Lozada es de los pocos artistas que han logrado hacer una carrera alejado de las controversias y formar una familia ejemplar y un matrimonio estable y feliz con su esposa, Sandy Meléndez.
De manera que ahora que el cantante, actor y animador trabaja en un programa de chismes como "Sal y Pimienta" está expuesto a que otros hablen de su vida, como él lo hace de los artistas. Algo que aseguró no le preocupa porque "mi vida es un libro abierto y no tengo nada que ocultar".
Y aunque nunca pensó estar en la posición de criticar a compañeros, el exMenudo indicó que trabajar en el programa de Univisión le resulta divertido y ha sido un vehículo para aprender más del negocio de la televisión.
"A lo mejor por todos los años que estuve con Charytín Goyco en `Escándalo TV' se me pegó lo de chismoso, pero la paso muy bien. Llevo en este negocio muchos años y nunca había estado tan pendiente a cómo funciona y quiénes son las personas que mueven ese monstruo que a la gente le fascina".

¿Tampoco habías estado tan pendiente a la vida de los artistas?
Tampoco. Soy una persona que, aunque tiene muchos amigos en la farándula, no soy farandulero. No soy de los que está pendiente a qué fiesta voy a ir porque va a estar tal famoso. Por el contrario, me gusta quedarme en mi casa, ver televisión, llevar a mi hijo al parque, a mis hijas al centro comercial. Por lo tanto, choca el que me interese tanto estar pendiente a la vida ajena.
Pero no te mojas mucho.
Lo que pasa es que soy artista y tengo otro punto de vista. Tengo muchos compañeros de los cuales conozco incluso las situaciones de las que se está hablando y, a veces, me ha costado quedarme callado, pero para eso somos los amigos, para escucharlos y callar. A veces me desespera que estén pendientes dónde se mete Jennifer López, pero a la vez sé que eso es noticia. Tengo sentimientos encontrados y no me hundo mucho en el agua porque en realidad a mí me tienen ahí para dar una opinión honesta a la persona que está sentada frente de la televisión. Las opiniones son como el ombligo, todo el mundo tiene uno.

¿En qué lugar quedó la música en tu vida?
Sigo trabajando con el Reencuentro, pero en el ámbito de los caballos se dice `ya pastó su mejor tiempo'.

¿Te refieres a la edad?
Sí. A mis 43 años entrando a los 44 -pensaba que la gente se quitaba la edad por verse más joven, pero es que se nos olvida-, uno no está para aguantar nada a nadie, sino a quien a uno le da la gana y no le hace caso a las cosas que no tienen sentido, como a lo mejor lo hacía a los 25. Ves todo desde otra perspectiva porque uno piensa, `lo que me queda son 40 años más, para qué amargarme'. Pienso que los 40 son extremadamente divertidos. Hay gente que madura a los 20, y yo maduré a los 40.
Pero, a pesar de las canas, te ves joven.
Tengo que darles las gracias a las maquillistas, pero el HD (High Definition) no perdona, es el enemigo de los artistas. Trato de verme bien, de comer bien, no soy de las personas que más se cuida, pero tengo que darle gracias a mi genética porque como pizza, frituras y como bastante. Hago ejercicios tres veces a la semana y bailo todavía, pero la rodilla ya está entrando a las 80 mil millas.

¿Cómo recuerdas a Menudo?
Diversión y la base de lo que soy hoy día. Comencé tan pequeño en este negocio que fue bien difícil salir, intenté hacer varias cosas, pero me encantaba cantar, las luces, que las niñas me gritaran, que me aplaudieran, me aclamaran y continué en esa línea gracias a Menudo.

¿Te dolió salir del grupo?
Ese tipo de cantazo que recibieron mis compañeros de estar y luego no estar no lo recibí porque estuve un año despidiéndome. No fue tan duro como que el avión se fue y me dejó porque ya tenía "Invítame", un disco que fue nominado a un Grammy en el 84, junto con Menudo, Plácido Domingo y María Conchita Alonso.
Ricky, Robi y Fernando, a unos les fue bien y a otros no tanto ¿cómo los ves?
La vida es así, uno escoge lo que quiere hacer y no siempre le sale bien. Robi tiene algo catastrófico, como el cáncer, pero lo vi superanimado, con muchas ganas de salir adelante y con la visión de que todo va a estar bien y eso me reconfortó muchísimo, porque Robi fue la persona que entró por mí en Menudo y, de alguna manera, he estado ligado a él. Ricky está en la cima y ha trabajado muchísimo por todo lo que tiene, es el ejemplo de que cuando quieres algo lo logras. De Fernando Sallaberry me enteré a través de René que está mucho mejor del mal que sufrió.

¿Te arrepientes de no haber estudiado?
Si te digo que me arrepiento sería un hipócrita. Pero sé lo necesario que es, y reconozco que hay que estar preparado académicamente. Estudié dicción en el Centro de Capacitación de Televisa en México y me enseñaron a ser un artista que actúa, baila, canta, anima. Me ha costado mucho esfuerzo lo que he hecho en este negocio tan competitivo que das una patada y aparecen 5 nenes que cantan y actúan muy bien, y como yo tengo 43 años y una familia que mantener me tengo que esforzar el doble.

¿Cómo se mantiene un matrimonio como el tuyo?
No es fácil, más no imposible, las cosas se dañan si uno las deja dañar. Tenemos una familia bien sólida y mi esposa es una mujer encantadora a la que amo muchísimo porque se ha encargado de criar a mis hijos de una manera maravillosa. Me enorgullece escuchar a la gente decir lo bien que se portan nuestros hijos y eso se lo agradezco a Sandy. Aparte que ella me conoció en este negocio y sabe lo que soy. Cuando mis niños estaban más pequeños tuve que irme a México a trabajar porque la vida no es un cajero automático, y venía los fines de semana a verlos. Estar sin mi familia fue un poco duro porque me gusta estar en mi casa, pero después llegaron las oportunidades en Miami y ahora estoy muy sólido.

Háblanos de tus hijos.
Son cuatro, Felipe (hijo adoptivo), que tiene 26 años, está casado con una chef y estudia para ingeniero de sonido. Natalia tiene 18 y está en cuarto año; Thalía, de 16, está en décimo grado y Jean Gabriel, de 14, es un poco salvaje. A ellas las llevo al mall y me disfruto todo lo que hacen y con el nene también disfruto otras muchas cosas.

¿Sigue El Reencuentro?
Somos el único grupo que no tiene un disco hace 25 años y sigue sonando en la radio y trabaja a nivel masivo con llenos hasta de 9 mil personas, la fanaticada nos ha bendecido.
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